Es sábado estoy varado en la cama con mi Zorrillo después de entrenar temprano, la adrenalina ya bajó pero la endorfina me tiene girando.
Rico. Soy un adicto.
…se abre chat en Facebook, me da gusto quién es, hace meses no se nada de él. Con emoción leo:
La vida de mi amigo, los recuerdos, mi high … todo a negros. Black out mental.
7 renglones que han cambiado me vida para siempre.
Nuestra aventura empezó cuando teníamos nueve años y estudiábamos juntos el sexto año de la primaria, de hecho, él no me quería nada…yo siempre respeté su genio y talento, personalidad y liderazgo. El tiempo nos acercó, hizo amigos y por último hermanos.
A su lado metí goles, toqué en la estudiantina y compusimos los primeros compases de nuestra vida. Por años consumimos el ritual de comprar la agenda análoga de cada año juntos. El ritual paró hace años, él persiguió sus talentos, mientras yo pasé años tratando de descubrir los míos. No sé cuando él perdió los suyos y los míos brillaron, alea jacta est?
No. Me rehuso.
– “Hay personas qué se siguen de frente en la bajada de la montaña Rusa, nunca vuelven agarrar la subida”– me dijo el otro día en la oficina una compañera de trabajo, de inmediato pensé en él. Sorpresa, tristeza, indignación.
Hablé con él hace muy poco, ha retomado la guitarra clásica (ejecutando el Barroco como nunca), da clases de música de nuevo y parece qué por fin ha enganchado “una subida” en el juego mecánico. No se cuánto durará; esa es su decisión.
Por el momento estoy dándome cuenta que solo la ceguera le permitió volver a ver con claridad. O no, pero eso también es su decisión.
A mi me queda llevarme un par de cosas:
- Fracasar no es caerse, sino rehusar a levantarse.
- Disciplina le gana a talento, siempre.
He compartido estos aprendizajes con mi amigo de vida y concuerda. Ahora en completa obscuridad, comienza a ver en “technicolor”.
Una cosa más, estaré a su lado por siempre, pero ahora más que nunca se que solo él puede decidir si agarrar este empujón para subir…o no… a mi solo me queda estar ahí para acompañarlo hasta el final de su montaña Rusa.
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