Abrir las piernas para recibir una patada, ahí.

kick in the nuts

 

Una de las trampas más fáciles a ser presa en cualquier organización, pero sobre todo en los ambientes corporativos, es el antiguo maleficio de caer en la situación donde se nos pide reportar a dos personas diferentes del mismo nivel. En otras palabras, se nos dice que debemos servir a dos amos.

Yo que soy un fanático de mis propios errores, caí en esta situación hace unos años y el tamaño del aprendizaje es solo equivalente a la dimensión del problema en que me vi envuelto en pocos meses. En serio, me metí al agujero de Alicia, siguiendo al conejo que iba a mil kilómetros por hora y sin pensarlo dos veces; mala idea.

La historia va más o menos así, la operación de Google MX ya estaba levantada y operando, de hecho llevaba ya algunos semestres no solo llegando a cuota, si no estableciendo récords de ventas en cada entrega a Mountain View…ahhh, aquellos días…

Al ver la situación bajo control y a un joven ejecutivo con ganas de comerse al mundo (o sea yo), mi jefa en ese momento me propuso un reto sin igual: “Quiero que abras el tercer hub de servicios en el Mundo para Google, sirviendo al idioma Español, y empieza por la recomendación de donde hacerlo”. Es decir, me propuso un sueño hecho realidad, toma el juguete más grande del mundo digital y hazlo más grande en la región que te vio nacer y crecer; imposible decir que no.

Sobra decir que acepté el reto sin casi pensarlo…no, sin pensarlo.

Por la premura de la situación comencé hacer planes, viajar a países en Latinoamérica, y al tomarse la decisión que el centro estaría en Buenos Aires, Argentina, comencé una dieta de quince días en México, por quince en la Argentina. En el acelere loco de todo esto olvidé un pequeño detalle, había que contratar a alguien tiempo completo para manejar México; caí en uno de los engaños del mundo profesional más viejos, pensar que podía servir con el mismo nivel de liderazgo a dos operaciones de semejante tamaño.

Se pueden imaginar sin ningún problema lo que ocurrió a continuación. México empezó a sufrir problemas de liderazgo que se veían manifestadas en una caída natural del negocio, pero peor aún, el desánimo de la gente al perder un líder y además en un momento tan importante. Por el otro lado, en Argentina ocurría algo similar, el tamaño y complejidad de la operación volvían imperioso el que yo me pasara  a estar tiempo completo en ese país.

¿Cómo resolví esta situación?, no la resolví.

La lección es muy importante y por eso la quiero ilustrar de forma muy gráfica: dejé una pierna en México, puse la segunda en Argentina y el mundo corporativo me dio una patada en los testículos sin recato alguno.

En otras palabras: no tomen una responsabilidad nueva (de ese tamaño de importancia), sin antes haber cerrado el ciclo actual. Por más que urja, por más importante que sea… cuando menos deberían de estar planeando arreglar lo actual de manera paralela, antes de lo nuevo que piensan abordar.

Eviten a toda costa servir dos amos, tanto en la vida profesional como en la personal, al final del día están dejando en descubierto una parte estratégica y delicada, que solo dará a lugar en el futuro cercano a una buena patada en donde más duele.

3 Comments

  • Dientuki
    A veces pasa cuando uno es freelancer y tiene varios trabajos a la vez
  • Muy valioso; al parecer tú haces "trampolín" con los errores para brincar más alto.
  • Delegar el trabajo al 100% o entrenar mejor al reemplazo hubiera sido una alternativa. También lo aprendí, recibiendo patadas en el trabajo. Saludos desde Perú

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