De Elefantes y Hormigas

Mi Primer Juguete

 

Durante nuestro último viaje a Europa, mi Zorrillo y yo, encontramos en una linda tienda de Amsterdam una réplica de mi primer juguete, sip.. el primer juguete del que tengo memoria…ese mismo…

¿Recuerdas tu primer juguete?…yo sí, y es ese que aparece en la foto de arriba.

Lo encontramos de noche, de modo que la tienda estaba cerrada, así que al día siguiente después de desayunar wafflles (literal), fuimos a buscar ese pedazo de mi infancia. Al entrar en la tienda apareció el que evidentemente era el dueño, se notaba a leguas por la forma en recibirnos y el orgullo en su cara, el que todos deberíamos tener por lo que hacemos…

“Disculpe”, pregunté, “¿será posible que ese elefante de madera pueda ser el primer juguete de mi infancia?”

“Sí”– contestó con una sonrisa; entonces pasó a explicar:

“…el artista es Danés,  Kay Bojesen, quién desde 1930 diseña juguetes de madera para niños, así que bien podría ser una replica de tu primer juguete”

What a trip. What a treat.

Por supuesto compramos la réplica que ahora vive con muchos amigos en el Mothership.

Más allá del sentimiento y melancolía “tanguesca” de la anécdota, todo el evento me llevo a recordar un buen aprendizaje.

Hace ya muchas lunas cursando el Microsoft Leadership Series , nos platicaron la analogía de cómo los ejecutivos exitosos (elefantes), dentro de corporaciones corren “el peligro de pisar”, consciente o inconscientemente, a muchas personas igual de valiosas que ellos pero de menor jerarquía (hormigas).

No es difícil imaginar una manada de paquidermos desplazándose por la selva, y sin querer (con ondita), pisando a miles de hormigas.

Uff.

La responsabilidad de un líder tiene que ir más allá del negocio, de los números, del P&L y del BS!

Innovación, cambio, crecimiento y éxito están compuestos por seres humanos. Algunos usando tecnología (espero), otros aún arrastrando el lápiz para que las cosas ocurran; pero en el fondo, todos somos los mismos aburridos mamíferos en necesidad de las mismas básicas cosas:

Crecimiento, reconocimiento, realización y remuneración…y esta última no sólo es económica, sino también emocional, vayan y pregunten a cualquier “Millennial”Yikes!

Así que una breve reflexión: no es imposible ser elefante y pasar la vida sin pisar hormigas. Lo que se requiere es abrir los oídos, los ojos y  la mente; al final nadie recordará lo que fuimos o hicimos, pero de seguro nadie olvidará cómo los hicimos sentir cuándo estaban con nosotros en el campo de batalla* .

Un elefante jamás olvida.

 *Maya Angelou

6 Comments

  • Dalia Lima Atta
    Gran lección la de hoy Gozalito... Hay veces que uno no se da cuenta o no quiere ver a las hormigas, que son las que sostiene el mundo esos elefantes ... (Me incluyo en ellos) ahora pasado un tiempo fuera de una de las empresas más grandes en el mundo del retail... Diría que al final procure ser un elefante que no pisará hormigas y el agradeciera tener siempre el camino libre para poder crecer juntos y que ambos nos sintiéramos elefantes ... Aún como con algunos de los chicos de mi equipo...
  • Patricia
    Me hiciste recordar a una secretaria que tenía mi ex, me decía que para ella era muy importante el pago en efectivo, pero lo mejor de su trabajo era el pago afectivo que ella recibía... y si porque en el trabajo pasas una buena porción de tu vida, y tus días los vas dejando uno a uno para pavimentar una historia de vida... que será contada esperemos que con buenos recuerdos y no exactamente para ser un tapete de hormigas arrasado por una manga de elefantes que ni se percatan de.
  • Hola Gonzalo, ¡Genial tu nuevo blog y tu nuevo look! :) Yo te vi en una charla que diste en mi ciudad (Córdoba, Argentina), hace ya algunos años, y me gustó mucho tu libro. Luego de seguir tu otro blog, ahora me encuentro con este y está muy bueno. Era sólo para felicitarte, y ahora seguir tus nuevos artículos. ¡Saludos! Christian

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