“Q: I want to be an author when I grow up. Am I insane?”
Neil Gaiman: “Yes. Growing up is highly overrated. Just be an author.”
Me hubiera gustado saber desde pequeño que no solamente bastaba con querer “ser alguien”, en mi experiencia la vida nos requiere de ser tremendamente más específicos. Las metas, como cada uno de mis siete gatos, llevan nombre y apellido.
Ayer en la sesión de Q&A de mi conferencia en el auditorio de la Universidad de Imagen Pública, me preguntaron sí había logrado “alcanzar mi meta” a través del desempeño en diferentes puestos corporativos.
Engage brain before mouth…
No pude contestar a su pregunta. Por lo menos no de forma inmediata; caí en cuenta que en alguna etapa en la carrera de ratas, había olvidado “mi meta”; si alguna vez existió tal cosa.
Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo…
–“Pues sí alguna vez existió esa meta, la olvidé”– contesté.
Cara de decepción del participante. Seguro esperaba una respuesta más sofisticada y alentadora. Aunque fuese un pequeño y simpático halo de luz de mi parte… XD! algo que justificase la cantidad de tonterías que logré sobrevivir en muchos años de atravesar por distintos “Cabos de Hornos” en la vida profesional.
Ahora sí lo creo entender mejor que nunca: metas claras y alcanzables hacen la diferencia. Ojo que lo he dicho en plural, porque también tiendo a pensar que una sola meta le queda corta a cualquier vida.
El último componente es alinear expectativas, no todas las metas se van a cumplir en tiempo y forma, pero la resiliencia de no cambiar de rumbo hasta alcanzar una meta para dirigirse a la siguiente, es lo que alienta al líder de mi vida a seguir emprendiendo.
Si no llegas a la primera base, imposible anotar carreras (una vez más en plural).
Gracias por preguntar y ayudarme a crecer…
¡Empréndete!, Tú Puedes Hacer el Startup de tu Vida.
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