La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos es el resultado de un proceso desarrollado en la última década.
Como buen hombre de negocios, Trump se hizo de la presidencia al aplicar una estrategia que apela a los descubrimientos hechos sobre los usuarios (en esta ocasión votantes) desde que publicamos La Revolución Horizontal.
Desde mi perspectiva, hay dos enseñanzas que quienes nos dedicamos a los negocios podemos llevarnos de esta elección y aplicarlas a nuestros propios emprendimientos; si llevaron a un hombre como Donald Trump a la Casa Blanca, podrían ayudarnos a ganar el favor de nuestros usuarios.
1. Debemos ser transparentes
Una de las grandes barreras que enfrentó Hillary Clinton en las elecciones fue la sombra de los escándalos de su uso de un servidor privado para sus emails como Secretaria de Estado.
La falta de transparencia con la que los votantes percibieron el manejo de este tema fue una gran losa para su campaña, al grado que incluso hubo votantes demócratas que prefirieron votar por Donald Trump antes que hacerlo por Clinton, o en todo caso, votar por alguno de los otros candidatos, el resultado fue el mismo: menos votos para Hillary.
Aquí está nuestra primera enseñanza: debemos ser transparentes con nuestros usuarios, sobre todo si manejamos su información personal (y si queremos tener una correcta transformación digital, necesitamos manejar algo de información de nuestros usuarios).
¿Por qué es tan importante que seamos transparentes? Sencillo: estamos en una época de baja confianza entre la ciudadanía y las instituciones, sin importar si éstas son públicas o privadas.
La confianza es un activo y como tal, debe ganarse e invertir en ella. Perderla puede ser catastrófico para nuestra marca.
Si bien Donald Trump no puede considerarse el epítome de la transparencia, los votantes de Estados Unidos lo consideraron más frontal y honesto que Hillary Clinton y el resto de las opciones dadas por los políticos tradicionales.
Además, cumplió con la segunda gran enseñanza que nos deja este caso…
2. El usuario siempre debe estar en el centro de todo
Uno de los grandes aciertos de la campaña de Trump fue apelar al corazón del votante (usuario), a su lado sentimental, a hacerlo sentirse la pieza central de su discurso.
Trump supo leer el descontento de la clase rural y obrera de Estados Unidos, sufriendo con los estragos de la recesión, el desempleo, olvidada por la clase política y se dirigió directamente a ellos para prometerles sólo una cosa: hacer grande a Estados Unidos de nuevo.
Nosotros ya hemos marcado la vital importancia de poner a nuestros usuarios en el centro de la experiencia si queremos que nuestro negocio prospere, tal como lo hizo el hoy presidente electo de los Estados Unidos.
Una base de usuarios que sean leales a nuestra marca nos puede llevar muy lejos, ya lo vimos con Donald Trump, una persona que se convirtió en marca, para después convertirse en dirigente de la nación más poderosa del mundo.
*Versión de un artículo publicado originalmente en Top Management.
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